13 de abril de 2011

Salón del cómic de Valladolid 2011 (Parte 3)

Vaya huevos tengo, un mes después... ¡en fin!

Domingo. Día 4:

El domingo fue el día de las despedidas, de la vuelta a casa.

Tras desayunar Ramón vino, una vez más, a buscarnos a todos al hotel.

De allí a pie al salón.

En la entrada viví unas de las imágenes más surrealistas que he visto en mucho tiempo (y son muchas). Álex y Uxío se pusieron a hablar con un soldado imperial como si se conocieran de toda la vida. Una escena entre cómica y desconcertante.

- Pues anoche crucifiqué a un Ewok -¿No jodas? ¡Yo también!

Tras hacer un rato el gilipollas con Cristian, Rut y Jacobo, tocó subir arriba a ponerse a dibujar.

Allí estuvimos toda la mañana Janina, Lidia, Aurora, Diana, Noiry, Unai y yo. ¡Dándolo todo! Por suerte el domingo fue un día más tranquilo y no había tantísima gente delante de las mesas. Aún así no hubo ni un rato de descanso. Y la gente pide cosas muy raras para dibujar, pero eso quedará para anécdotas cerveceras.

Apalancation. De verdad, estos sofás eran Dios.

A Unai le tocó dibujar un Darth Vader.

- ¿Pero ésto no iba para anécdotas cerveceras?
- Sí, pero el día fue más corto y hay que rellenar.


Esto es dibujar bajo presión.

El disfraz era cojonudo, ya véis la foto. Lo brutal era que tenía un audio de respiración igualico al tito Vader. Hubo un momento en que a Unai se le fue un trazo y empezó a ahogarse al tiempo que Vader levantaba su brazo derecho... pero bueno, unas disculpas y a acabar bien el dibu.

A mediodía tocaron las primeras despedidas. Álex y Uxío tenían un viaje de 8 horas por delante en autobús. Y Unai también tenía un buen rato por carretera. Así que a decir adiós hasta que nos veamos dentro de... demasiado tiempo, probablemente.

Fuimos a comer con Lidia, un amigo suyo y Ramón. A un bar de estos de abueletes y dominó. Y donde tardaron en servirnos la de Dios. Pero joder si esas hamburguesas no eran perfectas. Qué jodida delicatessen grasienta. Allí pasamos un muy buen rato que alargamos (¡la comida tardó mucho!) antes de volver a dibujar.

Fotillo de despedida. Servidor, Unai, Carlos, Janina y Lidia.

Por la tarde ya no vimos a Diana y compañía, no pudimos despedirnos. ¡Que os vaya bien!

Vuelta a dibujar por la tarde. Esta vez con Jesús Redondo de compañero. Por la mañana había estado dando una charla con Toni Guiral.

La tarde fue larga, tocó dibujar casi hasta la hora de cierre.

Y antes de ello tocó despedirse de Lidia, a la que veremos en 2 días en el salón de barna, ¡yuju! Es una lástima tenerla tan lejos, parece una prolongación de Janina y mía. Mola encontrar a alguien con quien coincides tanto en gustos.

Las mierdas que yo hago.

Al final fue un poco estresante. Teníamos que ir al aeropuerto pero no encontrábamos a nadie de la organización para ver cómo lo hacíamos, ni a qué hora había que irse. Por lo visto estaban en el concurso de cosplay. Pero bueno, finalmente aparecieron todos.

Y aquí ya sí, tocó hacer ronda para dar abrazotes y besotes y despedirse del resto. Cristian, Cristian sin greñas, Rut, Jacobo, Jesús, Carlos y Mónica, el otro Carlos, Moisés, Jeremi y sus padres, Ramón,... y espero no dejarme a nadie. Bueno, los otros chicos de stands y asociaciones cuyos nombres no recuerdo, ¡perdón! pero eso sí, me he quedao con vuestras caras! Gracias por acompañarnos esos días y por hacernos reír tanto. ¡Y por los regalitos también!

Jacobo, servidor, Janina, Rut y no me acuerdo.

Finalmente fue Matías quien, esta vez en sentido contrario, hizo el camino del aeropuerto en coche con nosotros. El pobre por fin podría descansar. En una semana había tenido que defender su tesis (y ya es doctor, ¡enhorabuena otra vez!, tenido un miniaccidente de coche y todo el lío del salón. Seguro que ese día descansó bien.

Tocó despedirse de él también y luego partimos en un vuelo tranquilo a Barcelona, donde llegamos a las 11 pasadas de la noche.

Por suerte engañé de alguna astuta manera a mi amigo Víctor y nos vino a buscar en coche. Si no fuera por él, ahora algún taxista tendría dinero para pagar la universidad de su hijo a mi costa.

A Víctor no le gusta posar mientras conduce, así que pongo esta de un bar.

Ponerse al día en el coche en el trayecto a casa de mis padres, decir adiós a Víctor, una buena ducha, explicar mil anécdotas a mis padres, cenar y a dormir, que ya iba siendo hora.