Sábado. Día 3:
El sábado sabete tocaba inaugurar el salón. Iba a venir el alcalde de la ciudad y la concejala de cultura, así que teníamos que estar allí los invitados para saludar-inaugurar-foto oficial.
Después de desayunar, Ramón nos llamó desde recepción para bajar.
Bajamos Janina y yo, pero Álex y Uxío no contestaban al teléfono. Acabé por subir a la habitación. Por lo visto el teléfono de la habitación no funcionaba. Hasta entonces la cosa daba para guión de peli de miedo. Pero ni sangre ni ná.
Tiramos para el salón, que este año estaba en un recinto bastante más grande, en la Feria de Muestras.
Allí nos reunimos con Carlos, Mónica y Cris Ortega. Luego presentación al alcalde y fuera del recinto a que Carlos y el alcalde dieran un discurso. A posar para los medios y para adentro.
Aquí Janina y yo ya fuimos en busca de las amistades que habíamos hecho el año pasado. Rut y Jacobo, Cristian, Cristian (no me repito, hay 2!) y buscando a Lidia, a la que teníamos muchas ganas de ver. Llegó "tarde" y también nos andaba buscando.
Tras saludar a todos y charlar un rato (aka hacer el gilipollas), tocó subir al piso de arriba y ponerse a dibujar.
Este año volvimos a compartir mesa con Jesús Redondo, Lidia Fernández y Cris Ortega. Con los añadidos de Álex, Aurora García, Diana Fernández, Noiry y Javi de Castro (un chaval muy majo que había ganado el concurso del cartel y como premio estaba allí dibujando para el público. Y muy bueno el jodido, echadle un ojo a su blog, lo tengo linkeado).
Éramos más dibujantes que sillas, así que nos turnamos más. Aún así Janina, Lidia, Jesús y yo estuvimos todo el sábado y prácticamente todo el domingo.
Javi estuvo esperando sitio un buen rato para sentarse a dibujar. En el momento en que le intenté dejar el sitio me vinieron 3 personas seguidas a las que conocía y querían dibu mío. Le tocó esperar más al pobre. Luego me enteré que sólo iba a estar el sábado y me supo mal.
Cuando Javi me relevó, me dediqué a hacer vida social por allí (dícese de tocar los huevos a Cristian y Jacobo).
A la hora de comer, fuimos todos los invitados con Carlos, Mónica y Ramón al bar-restaurante japo que habían montado en el salón. Allí nos encontramos con Álex y Uxío, donde se habían tirado la mañana los muy cabronazos (con amor, Álex =P) y con Unai y Josune, que habían llegado del País Vasco hacía poco y decidieron darle también a la cerveza.
Esperando la comida. No pongo foto de ella porque todos intentamos olvidarla. Jesús ya tiene cara de "pero dónde me he metido".
Allí "comimos" todos. Entre comillas porque... bueno, la comida dejaba bastante que desear. Las caras de todos al probar el sushi eran para enmarcarlas. Era como comer un músculo con lepra cubierto de sal. Pero desagradable.
Después Lidia, Jesús, Janina, Javi, Álex, Uxío, Josune, Unai y yo nos buscamos un bar para tomar algo. Álex pidió el best carajillo in the world. El camarero dijo "así se hace un carajillo de verdad", cogió una copa de las pijas (no sé identificar copas, así que la llamo así... de esas de oler vinos) y se puso a mezclar brebajes para acabar flambeándolo. Vaya pedazo de carajillo! No lo probé, pero todos los que lo hicieron coincidían en que era la reostia.
Luego volvimos todos para el salón. Y llenamos las mesas para ponernos a dibujar el resto de la tarde.
Gracias a Jesús por el dibujo del Capitán Trueno que hizo para mi padre. Se lo enmarqué y regalé por su cumpleaños y le hizo mucha ilusión.
Al acabar la jornada, a descansar un ratillo al hotel.
Para cenar, de vuelta al Camarín. Había una cena en las que éramos 50 personas. Organización, asociaciones e invitados del salón.
Allí Janina y yo nos sentamos junto a Cristina, Aurora, Diana y Noiry con quiénes no habíamos hablado mucho durante el día y tuvimos oportunidad de charlar más. Más o menos... lamentablemente la acústica no era muy buena en el local y apenas nos podíamos escuchar entre nosotros, por lo que acababas hablando sólo con el que tenías a tu lado. Pero bueno, nos lo pasamos bien igualmente.
La cena se alargó con muchos platos y mucha bebida. Una delicia para el paladar y una guarrada para el wáter.
Tras la cena Janina se fue con nuestras compañeras de mesa al hotel a dormir (¡pero no a dormir juntas, malpensaos! Yo me quedé con Álex, Uxío, Unai, Josune, Jeremi, Moisés, Carlos el hondureño y su novia y buscamos algún local para salir.
Tras dar muchas vueltas encontramos un local con música rockera-punkarra de los 80-90. Otro sitio en el que no oía una mierda a los demás. Y me pasé más rato recibiendo codazos de unos críos dando saltos cantando canciones que otra cosa. Curiosidad, allí los chavales cantando y disfrutando del punk, pero iban vestidos como los pijos de mi barrio (lo cuál tampoco es decir mucho). Pero vaya, los veías de la calle y no te los imaginabas en ese ambiente.
Tras echar una copa, Unai, Josune y yo decidimos buscarnos otro local. Acabamos en un bar-discoteca al lado del hotel haciendo una última copa.
Después al hotel a dormir.
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